RELACION PROFESOR ALUMNO
(ENSAYO)
Karla Lucero Zumelzú
Hace mucho tiempo que casi todos los países del mundo vienen emprendido reformas educacionales que buscan superar las debilidades de la educación tradicional y preparar la mano de obra para los requerimientos de un nuevo mundo productivo. Las reformas en América Latina han abordado diversos aspectos de los sistemas educativos, al igual que en Chile, desde las modalidades de administración, los currículos, hasta, las prácticas pedagógicas. A pesar de estos importantes y sostenidos esfuerzos los resultados en términos de la calidad de los aprendizajes de los alumnos son, todavía en muchos casos, insatisfactorios.
Por otro lado, es importante reconocer que en el proceso de enseñanza-aprendizaje no sólo entran en juego los conocimientos pedagógicos del profesor, los recursos y condiciones materiales disponibles o el nivel socio-económico de los alumnos, sino también, el vínculo emocional que se establece entre alumno y profesor.
El principal propósito del profesor es que sus alumnos aprendan. La adopción de esta disposición por parte del profesor puede resultar fácil cuando se trabaja con alumnos aventajados y con interés por aprender. Sin embargo, la situación se vuelve mucho más complicada cuando el profesor se enfrenta a un grupo que tiene dificultades para aprender o poco interés. En estos casos, es normal que aún los profesores con la mejor disposición enfrenten momentos de decepción y frustración. Aquí hay un nudo crítico en los sistemas educacionales, ya que existe una gran cantidad de estudiantes que debido a su situación social y familiar no llegan al aula en las mejores condiciones para aprender. Este grupo de alumnos tiene, la posibilidad de recibir una buena educación, una de sus mejores armas para salir de su situación de desventaja; Sin embargo, muchas veces, las dificultades que estos estudiantes generan, producen también, desmotivación y desinterés por parte de los profesores. Se da un círculo vicioso en el que la mala actitud de los alumnos baja la motivación docente, lo que a su vez refuerza la indisposición de los alumnos; especialmente en los cursos de 8ª año y los de educación media.
Otro elemento importante es reconocer que los profesionales que desarrollan la función docente, son parte de un sector socioeconómico de nivel medio bajo, luego, no son pocos los profesores que llegaron a esta profesión no por una predilección sino por no poder optar a otras opciones; ya sea de índole económica o por debilidades en su formación escolar. En muchos de estos casos es posible que el docente no se planteé como el objetivo principal el aprendizaje de los alumnos, sino su desarrollo personal y económico (a pesar de las bajas rentas de los docentes, perciben que es una oportunidad laboral). Se debe reconocer que un importante número de alumnos detecta con cierta facilidad la disposición del profesor por un interés real de que los alumnos aprendan. Cuando los alumnos observan un profesor auténticamente preocupado por su aprendizaje, lo aprecian y desarrollan una mejor disposición para aprender.
El profesor de hoy, debe sentir la obligación de una búsqueda constante de alternativas pedagógicas que permitan que los alumnos, a pesar de sus dificultades, se involucren provechosamente en el proceso educativo. Esta actitud denominada vocación o mística docente que hoy está muy escasa en el magisterio nacional, debe ser una preocupación de las casas formadoras de futuros docentes.
La recuperación de esta disposición ante el trabajo docente no es, en ningún caso, una decisión meramente individual dejada a la conciencia o al corazón de cada profesor. En buena medida, esta actitud se fortalece en un contexto escolar que la aprecie y la apoye y, por otra parte, en una sociedad que reconozca el valor del trabajo docente y despeje el camino a aquellas personas que naturalmente muestran esta disposición.
El marco de la buena enseñanza (MBE) toma en consideración, la capacidad del docente o su vocación, para generar un ambiente propicio para los aprendizajes, pero este ambiente no se da si el profesor no genera un marco de relación para el aprendizaje de todos los alumnos, donde cada uno tenga la oportunidad de aprender a su propio ritmo o estilo de aprendizaje; donde se tengan clara las condiciones contextuales en las cuales se mueve el niño o se está dando el proceso educativo, muchos niños sienten el rechazo o lo perciben en el trato u oportunidades que este profesor les da para salir adelante con su proceso educativo. Por otro lado está la mirada del docente que siente que sus alumnos no vienen preparados para asumir los aprendizajes mínimos, por que su grupo familiar no está en sintonía con la educación o tienen baja valoración de ésta.
Un ejemplo claro de esto lo vimos en la película Stand and Deliver (1988) ( kemo) dentro de este semestre, donde se pudo apreciar que la relación alumno-profesor debe fundamentarse con la educación ya que si se crea un ambiente de miedo dentro del aula de clases es difícil que nuestros educandos puedan estar atentos y motivados dentro de esta para llevar a cabo el aprendizaje; lo que debe generar el docente ante sus alumnos es respeto, admiración, ejemplo, etc. de tal modo que el alumno sienta confianza en su educador y reconocer dentro del proceso al orientador; La idea es que el profesor sea como un mediador no tan solo de los diferentes conocimientos si no que también crear a personas integrales. (Más completas). Y esto se puede dar al poseer un manejo del grupo curso que le permite al profesor ser tomado en cuenta por sus alumnos (yo como ex-alumna puedo decir que es de relevancia el ambiente que genera el docente dentro de su clase para el aprendizaje y ello queda en evidencia en las distintas formas de actuar de los docentes frente a sus alumnos, la cual genera diversas reacciones conductuales dentro del aula por parte de los educando; es por ello que el alumno dice “tomarle el pulso al profesor” para reflejar ciertas conductas o compartimientos. Los docentes que crean ambientes para aprender, lo hacen apoyados en un clima de respeto, aceptación, confianza, solidaridad y equidad entre sus alumnos.
El MBE supone que los docentes son educadores comprometidos con la formación de sus alumnos y en la medida que se entregue amor en el desempeño de la profesión se recibirán los mejore frutos.
Estos frutos se ven reflejados al ver como los alumnos van avanzando por el camino del saber, como lo cuenta una profesora de lenguaje Marta “…lo más confortable es ver a un alumno ya profesional cualquiera sea la carrera…” ella cuenta a demás que se ha encontrado con alumnos que nunca imagino que podrían llegar hacer profesionales y conversar con ellos que te den las gracias por “retarlos” (en realidad no es un reto sin no que es una mirada más objetiva de sus actos ya que creo que a esa edad de
Bueno a lo igual que esta profesora podemos ver que es cierto ya que nosotros igual fuimos alumnos de los distintos niveles (ya sea prebásico, básico o medio) y al obtener un poco mas de madurez, vemos que el proceso de enseñanza es muy importante en nuestras vidas y es el docente quien nos marca el futuro de que “sí se puede”.
No se puede dejar de mencionar, el dominio y conocimiento de los alumnos, que va adquiriendo el profesor mientras más sean los años de servicio; va desarrollando un mayor y mejor control dentro del grupo curso a diferencia de los profesores que vienen recién saliendo de las distintas universidades los cuales con los alumnos que hoy en día tenemos se los dan “vuelta” ya que si a éstos no se les raya la cancha (establece normas claras dentro del aula) desde un principio volvemos a la incapacidad de generar un ambiente adecuado para el aprendizaje.
Conclusión
Se valida este postulado ya que la buena relación entre el profesor y el alumnado desemboca en una educación de mejor calidad, donde el profesor y el alumno ganan ya que aprenden ambos dentro del proceso educativo, especialmente a conocerse y comprenderse. Por otro lado, este conocimiento del alumno actual, obliga al docente a innovar y actualizarse en competencias tecnológicas, dado que hoy es imposible almacenar en la memoria todo el conocimiento, luego le resta desarrollar habilidades más que memoria en los alumnos, un profesor de hoy debe ser competente, es decir: saber, saber hacer y Ser.
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